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27/07/06

Magnetopía III: encendamos el método

LECTORA ESCÉPTICA: Hombre, Germán, tú por aquí otra vez.
WEBMÁSTER: Mira tú por donde, qué cosas. ¿No habrás visto al lector participativo, verdad?
L.E.: Pues no. Qué es lo que sucede, ¿rehuyes hablar conmigo?
W.: No, simplemente lo andaba buscando, me dijo que volvería, sabes.
L.E.: Tal vez no fuera tan participativo como creías.
W.: Pues bien pudiera ser, sí. ¿Por qué iba a rehuir yo hablar contigo?
L.E.: Hasta ahora sólo habías tenido hombres por interlocutores.
W.: Sí; verás, estimada lectora, es que no observo ninguna cuota de paridad. Procuro no discriminar según ningún criterio.
L.E.: Me parece una buena actitud, sí señor. Aceptarás entonces hablar conmigo un rato, ¿no? Sobre tus magnetopías delirantes.
W.: Por supuesto. Ponte cómoda. ¿Qué es lo que querías comentar?
L.E.: Pues no sé, Germán, tampoco nada en concreto. Sencillamente que me cuesta encontrarle un sentido práctico a lo que dices. Me parece del todo irrealizable, no veo más que ideas, y palabras, pero ninguna posibilidad de materialización.
W.: Bueno, alguna digo yo que habrá. No me mires como si no quisieras verte obligada a mentirme, no hace falta que contestes. Yo sí pienso que las hay.
L.E.: Pues dime cuáles son, en qué consisten. O mejor, realízalas, y entonces las creeré.
W.: Ten un poco de paciencia, y de fe. Estamos hablando de posibilidades, ¿recuerdas? Verás, he conversado de muchas cosas hasta el momento, y son casi todas ellas bastante abstractas, y resulta complejo todavía imaginar el éxito práctico de lo que planteo, que al fin y al cabo es el objetivo. Pero, sabes, ni siquiera yo mismo puedo imaginarlo. Ten en cuenta de que hay muchos niveles de realización, y el éxito, aun en sus escalones más bajos, está al final del camino, y no es posible imaginar como será si no hemos andando todavía el primer trecho. Debemos atisbar, pues, primero, qué nos deparan los primeros tramos y a medida que avancemos el horizonte difuminado irá adoptando nitidez, envergadura, y presencia.
L.E.: Y los primeros trechos nos deparan…
W.: Oye, ¿conoces la facultad de la imaginación?
L.E.: Eso creo, pero me cuesta ejercitarla en lo que cuentas. Además, son tus delirios, no los míos.
W.: Muy poca debes tener; no es necesario que coincida con mis ensueños, tan sólo que te figures algunas imágenes. Sólo hay que detenerse a pensar primero cuáles han de ser los primerísimos pasos a llevar a cabo para la realización de las ideas. Antes de aplicar nuestra fuerza, primero es necesario atesorarla, de modo que el primer paso consiste en unir a la gente, en pasar el imán.
L.E.: Esto ya me resulta utópico, también. Cada uno tiene sus ideas y sus opiniones, y la gente se pelearía en seguida… unos no estarían de acuerdo de entrada, otros defenderían el uso de la violencia y se negarían a apartarla aunque puediera ser de forma provisional, otros reclamarían una identidad clara y precisa al precio que sea –si hay que prescindir de la lógica en ocasiones, se prescinde– como hace el PP y en su momento hacían los nacionalsocialistas o como hacen las empresas grandes para seducir a las masas, hay quien tendría sus propias ideas demasiado solidificadas y se negaría a sacrificarlas para adaptarse a nada, y ya sus ideas y el orgullo de llevarlas a cabo sería mayor que la pasión por la humanidad. Y otros directamente pensamos que es una pasión inútil.
W.: Esa gente, entonces, lectora, ¡no sirve! Tal vez estaríamos segando de cuajo la mayoría de las personas que creemos implicadas en el cambio del sistema, pero entonces no significaría que hemos errado en nuestras consignas magnéticas, sino que las personas no están todavía dispuestas al cambio a pesar de lo que pueda parecer por sus críticas. Porque el primer paso para introducir el cambio ha de ser, inevitablemente, estar dispuesto a cambiar uno mismo. Yo estoy dispuesto. Y por eso defiendo la dialéctica como la herramienta, la llave maestra, que nos permita en primer lugar ponernos de acuerdo nosotros mismos, cada uno renunciando a unas cosas para abrazar la realización del gran ideal, que está por encima de cualquier nimiedad lateral, y que progresivamente nos podría permitir delimitar la mejor actuación en cada momento, con sentido común, armonía y buen hacer. No es un vano artificio y adorno la forma del diálogo para exponer estos sueños, por lo menos no del todo, porque ya de entrada en su forma más personal y primitiva la expliación estos propósitos contempla la participación de la alteridad.
L.E.: No te pases de listo; hay diálogo, pero no hay dialéctica, sino mayéutica. Son tus ideas las que se imponen casi siempre sobre nosotros, pobrecitos lectores.
W.: Eso sucede en los textos sí, claro, se trata de exponer mis ideas al fin y al cabo, ¿no? La verdadera dialéctica viene luego, según lo que opinen otros lectores.
L.E.: Y bien, claro, tienes razón, ¿qué voy a decir?
W.: Que tengo razón, eso es, buena chica.
L.E.: Permanezco escéptica al respecto de reunir tanta gente como presumes que sería posible, según lo que me cuentas. No hay tal cantidad de personas dispuesta al cambio verdadero, sino más bien a la realización parcial de ciertas fantasías suyas, en todo caso.
W.: Eso sería una lástima, pero sería necesario comprobar primero si es cierto lo que dices o no. Ya sé que tú no harías ese esfuerzo, pero algunos somos así de estúpidos e idealistas, sabes.
L.E.: Y dime, qué piensas hacer.
W.: Yo, poca cosa, en realidad. Lo grande es lo que podemos hacer, no lo que puedo hacer. Todo depende de la potencia del imán y de la idiosincrasia de la gente. Existen dos opciones para los lectores e interesados: una, enviarme un e-mail con sus opiniones a german_gl@homtail.com; la otra, para los exhibicionistas, los menos impúdicos, quienes no requieran intimidad o, sencillamente, la gente abierta y con ganas de intercambiar opiniones, sólo tienen que dejar aquí sus comentarios. Si fuera necesario estaba pensando en abrir un artículo en blanco sólo dedicado a los comentarios: al ejercicio de la dialéctica entorno a esta magentopía, o como quiera llamársela, cada uno puede ponerle el nombre que quiera, y más adelante, quién sabe...
L.E.: Joder, pareces un anuncio.
W.: Bueno, viene a ser algo así. Existe también la posibilidad de que lectores interesados conozcan a otras personas interesadas que podrían sentirse atraídas por el asunto, les participen la dirección de esta página, y estas personas a su vez a otras…
L.E.: El boca oreja, vamos.
W.: Eso. Y no el boca-boca, como dicen las mentes calenturientas que ya están pensando en otras cosas.
L.E.: Ja, ja. Di algo para los lectores estos que dicen, ah mira, me interesa, pero te conocen personalmente y están esperando a encontrarte en privado para comentarte lo que piensan, y no piensan rebajarse a hacer apariciones públicas o enviarte e-mails como si fueran unos semidesconocidos para ti, unos cualquiera que pasan por la página, o como si recelaran de opiniones ajenas o encontraran demasiado íntimas sus ideas al respecto de todo esto.
W.: Ya lo estás definiendo tú de maravilla, y con ello creo que se evidencian sus actitudes a sus propios ojos. Que no sean cafres, si les interesa en serio que mojen el culo, aunque solo sea para abrirme los ojos; si no, que hagan lo que quieran, no tienen interés en mejorar las cosas, y punto.

14:05 Anotado en Magnetopía | Permalink | Comentarios (12)

Comentarios

Hola compañero,
Solo quería decir dos cosas.
La primera es que me gusta mucho la forma en que encajas los argumentos en contra y los conviertes en tus propios, como has hecho en cada uno de los encuentros con tus lectores atonitos y escepticos. Creo que es una forma muy correcta de actuar: no intentar esquivar la critica sino aceptarla y reflexionar cada vez que alguien tenga un argumento que choca con los nuestros. Asi pues, propongo que cada critica o idea en contra que alguien pueda tener, sea expresada sin tabúes pero tambien sin mal humor, de la forma mas natural posible. Luego, pediría que cada persona intentara, en la medida de lo posible, contestarse a su propia critica llevando a termino la continuación lógica de la cítica constructiva que es la construcción. Que no nos quedemos solo en señalar las grietas, sino que aportemos ideas por abstractas que sean.

Y empezaré yo mismo.
A menudo me siento identificado con la lectora escéptica. La verdad es que encuentro que Internet es un medio ideal para el intercambio de ideas y para llevar a cabo proyectos masivos, por que no tiene fronteras fisicas y es instantáneo. Aun así, existen las fronteras comunicativas, y me llevan a algo que pienso muy amenudo: hoy en dia la civilización humana no puede llevar a cabo grandes proyectos totalmente libres de fronteras, porque aun no se sabe entender entre ella: no tenemos una lengua en común, y esto es ya una trava de base. Y no solo eso, me parece que tambien demuestra que esta aun a varios años de encontrar la madureza necesaria para llegar a la actitud necesaria para tal proyecto. Aun así, tambien es un hecho que somos muchos los que pensamos igual aunque no reaccionamos, y eso me da aliento. Creo que los mas sensato es que pensemos en lo que va a pasar de immediato, y no en hipotesis sobre lo que nos encontraremos. Que cada uno intente hacer un esfuerzo por entender a los demas. No es un principio ante el que no cedería jamás, es algo que nos hará perseverar o caer.

También quiero decir que creo necesario que rompas el hielo, llamando al lector participativo que bien podrias ser tu mismo para que sueltes las coordenadas prometidas. Se le hecha de menos, es simpático.

saludos!

Anotado por: tristan | 28/07/06

Buenas, camarada.
Me alegra que te guste mucho la forma en que procuro integrar las críticas y mejorar a partir de ellas; me satisface especialmente porque eso es un ejemplo de dialéctica "bien hecha", que es precisamente lo que propongo como base indispensable; por tanto, que te guste y propongas su uso crítico (sin confundirlo con las malas tripas) significa que estamos de acuerdo en lo esencial. También me alegra que digas: "que cada uno haga un esfuerzo por entender a los demás". Eso también es otro factor esencial de la dialéctica, y, además, se trata de un cambio interior y personal, y no de un cambio exterior. Los cambios "exteriores" o visibles en instituciones sociales, etc., son algo que sólo me planteo a pequeña escala y como un sueño lejano e ingenuo.
El lector participativo parecía un buen tipo pero se ha fugado, ahora bien, yo mismo permanezco. Las coordenadas no fueron prometidas, sino lamentablemente aplazadas a debates posteriores. No sé si él volverá. No se puede romper el hielo sin hielo. Por supuesto tengo mis ideas, pero no sirven de nada sin compañeros, y una vez haya compañeros, estas ideas serán demasiado pequeñas e irrelevantes y será mejor limitarlas a comentarios y acotaciones al respecto del corriente general. A mí evidentemente también me cae simpático el lector participativo y si fuera necesario lo haría regresar encantado, pero ya empiezo a disponer de suficiente capacidad de actividad como para empezar a medir mi tiempo libre y estos textos se escriben rápido pero consumen bastantes quebraderos de cabeza.
Por otro lado, el idioma no es una traba de base. En la torre de Babel no existían intérpretes. Hoy los hay a manta. ¿No sabes tú inglés y francés? ¿Cuantísima gente conoce inglés en el mundo además de su lengua nativa? Por otro lado, la internacionalidad es algo que queda bastante lejos. A mí me parece más apropiado agrupar primero a núcleos de personas que pudieran no sólo parlotear por internet entre ellos y con el resto de núcleos sino también mover el culo en el mundo real, fuera del modo que fuera... Si se consigue traspasar las fronteras del castellano es algo que todavía no me planteo y desde luego no creo que supusiera un problema.

saludos

P.S.: Sobre la dialéctica creo que es importante recordar que escribí un artículo en este blog sobre mis opiniones al respecto aquí: http://degermanideliramentis.blogspirit.com/archive/2006/03/31/de-la-epistemolog%C3%ADa-iii-las-verdades-provisionales-ii-de-la.html Y por supuesto siempre queda la consulta al link del DRAE ;P

Anotado por: Webmaster | 28/07/06

Que hay german! ya ves que me he convertido en un lector comun de tu blog.

Creo que tienes mucha razon en lo de que todo el mundo deberia sacrificar algo de su ideologia para lograr un primer cambio, de todos modos me remito a una buena historia que havia por ahi:

EL BUQUE DE LOS NECIOS

Una parábola políticamente incorrecta.


Érase una vez un capitán y sus oficiales que se volvieron tan presumidos, tan llenos de arrogancia y tan pagados de sí mismos, que se volvieron locos.

Pusieron rumbo al Norte hasta encontrarse con icebergs y témpanos peligrosos y, a pesar de ello, mantenían la misma dirección adentrándose cada vez más en las gélidas y temibles aguas, únicamente para darse el gusto de demostrar su pericia en tan temeraria navegación.

Como quiera que el barco se acercaba más y más al Norte, los pasajeros y la tripulación mostraban cada vez mayor inquietud, y comenzaron a debatir entre ellos y a quejarse de sus condiciones de vida.


-¡Que me zurzan si este no es el peor viaje que he realizado en mi larga vida de marino! La cubierta está resbaladiza por el hielo; cuando estoy de vigía, el viento helado me introduce el frío hasta los huesos; cada vez que tengo que arriar velas, se me congelan los dedos, y todo por cinco miserables chelines al mes.

-¡Tú te crees que estás mal! ¿verdad? ¡Yo por el frío no puedo ni dormir ya que en este barco a nosotras no nos dan las mismas mantas que a los hombres! -le espetó una pasajera. ¡Es una injusticia!

Un marinero mejicano exclamó: -¡Hijo de la gran chingada! A mi sólo me dan la mitad de sueldo que le dan a los gringos y, encima, la comida que me sirven es menos que la que dan a un anglo, con la falta que me hace para mantenerme mínimamente caliente aquí y, lo peor de todo, es que siempre nos dan las órdenes en inglés, en vez de en español.

-¡Yo tengo más razón que nadie para quejarme! exclamó un marinero indio. Si los rostros pálidos no nos hubieran robado nuestras tierras y riquezas ancestrales, no estaría ahora en este barco en medio de vientos árticos e icebergs. Estaría en una canoa remando en un plácido lago. ¡Merezco una compensación! Como mínimo, el capitán debería dejarme organizar unas partidillas de dados para ganar algún dinero.

Habla el contramaestre diciendo:
-¡Ayer el segundo oficial me llamó marica! Sólo porque a mí me guste chupar pollas, no es razón para que me insulten.

-¡No sólo los humanos sufren maltrato en este barco! -dijo con indignación un pasajero amante de los animales. Sin ir más lejos, la semana pasada vi al tercer oficial darle dos patadas al perro del barco.
Uno de los pasajeros, que era profesor de Universidad, retorciéndose las manos, exclamó: ¡Todo esto es terrible! ¡Es inmoral! ¡Es racismo, sexismo, crueldad, homofobia y explotación de los trabajadores; es discriminación! ¡Necesitamos justicia social! ¡igualdad para el marinero mejicano, sueldos más altos, compensaciones para el indio, igual trato para hombres y mujeres, derechos formales para chupar pollas y no más patadas al perro!

-¡Sí! ¡Sí! -gritaron todos los pasajeros -¡Ahí, ahí! -gritaba la tripulación. -¡Es discriminación! ¡Tenemos que demandar nuestros derechos!

El grumete carraspeo: -¡Todos tenéis buenas razones para quejaros! Pero a mí me parece que lo que tenemos realmente que hacer es dar la vuelta y dirigirnos al sur, porque si seguimos este rumbo tarde o temprano seguro que naufragaremos y, entonces, tus salarios, tus mantas y tu derecho a chupar pollas no valdrán para nada porque nos ahogaremos todos.

Pero nadie le hizo el menor caso, porque sólo era un grumete.

El capitán y sus oficiales que desde el castillo de popa habían estando escuchando y observando la escena, ahora sonreían y se guiñaban el ojo.

El capitán hizo un gesto al tercer oficial, y éste bajó del castillo de popa hasta donde se encontraba la tripulación y pasajeros, mezclándose con ellos con un andar chulesco. Poniendo una expresión seria rompió a hablar.

-Nosotros los oficiales hemos de admitir que han ocurrido hechos inexcusables. No nos habíamos dado cuenta de la gravedad de la situación hasta no haber oído vuestras quejas. Somos gente de buena fe y queremos ser justos con vosotros ¡pero, como sabéis, el capitán es un poco conservador y quizá habría que pincharle un poco para poder conseguir algún cambio sustancial! En mi opinión si protestáis contundentemente, siempre que sea pacíficamente, podremos mover al capitán de su inercia y forzarle a afrontar los problemas de los que tan justamente os quejáis.

Después de haber dicho esto, el tercer oficial se dirigió al castillo de popa. Mientras se alejaba, los pasajeros y la tripulación le gritaban: ¡Moderado! ¡Reformista! ¡Neoliberal! ¡Lacayo! Pero aun así, hicieron lo que él les dijo.

Los pasajeros se juntaron frente al castillo de popa y entre gritos e insultos, demandaron sus derechos a los oficiales.

-¡Yo quiero recibir órdenes en castellano!- gritó el mejicano.

-¡Demando mi derecho a poder organizar partidas de dados! -gritó el marinero indio. -¡Quiero que me dejen de llamar marica! -exclamó el contramaestre. -¡Que dejen de dar patadas al perro! -gritó el amante de los animales -¡La revolución ahora! -chilló el profesor.

El capitán y los oficiales, se reunieron y deliberaron durante varios minutos, guiñándose el ojo, asintiendo con la cabeza, sonriéndose unos a otros todo el rato.

A continuación, el capitán se dirigió a la barandilla del castillo de popa y con grandes muestras de benevolencia anunció que al mejicano se le subiría a dos tercios del sueldo de los anglos y la orden de arriar velas se la darían en castellano, las pasajeras recibirían una manta más, que el marinero indio podría organizar partidas de dados los sábados a la noche, que al contramaestre no se le llamaría marica si chupara pollas en la intimidad y nadie podría dar patadas al perro, excepto si roba comida.

Los pasajeros y la tripulación celebraron estas concesiones como una gran victoria, pero a la mañana siguiente volvieron a estar insatisfechos.

¡Seis chelines al mes es poco dinero! Cada vez que arrío velas se me congelan los dedos -refunfuñaba el marinero. ¡Y todavía no gano lo mismo que los anglosajones, ni me dan suficiente comida para este clima -se quejó el marinero mejicano. ¡Las mujeres no tenemos mantas suficientes! -dijo una pasajera. Los otros miembros de la tripulación y pasajeros protestaban de forma similar y el profesor les azuzaba.

Cuando habían finalizado sus quejas, el grumete tomó de nuevo la palabra y hablando en alto, para que el personal no pudiera no darse por enterado dijo:

¡Es terrible dar patadas al perro, porque robe un poco de comida de la cena, y el que las mujeres no tengan igual número de mantas o que al marinero se le congelen los dedos, y no veo por qué el contramaestre no puede chupar pollas si le da la gana, pero: ¡mirad cuántos icebergs hay ahora! Y cómo sopla cada vez más el viento. ¡Tenemos que dar la vuelta e ir hacia el Sur, porque como sigamos al Norte seguro que naufragaremos y moriremos ahogados.

-Sí, sí -dijo el contramaestre. ¡Es terrible que sigamos al Norte, pero ¿por qué tengo que chupar pollas en el armario? ¿por qué me llaman marica? ¿acaso no soy igual que los demás?

-Seguir al Norte es terrible, es precisamente por eso que las mujeres necesitamos más mantas ¡ahora!
-Es verdad! -dijo el profesor- yendo al Norte nos ponen en dificultades, pero cambiar el rumbo al Sur no sería realista. ¡No se puede dar la vuelta al reloj!. ¡Tenemos que buscar una forma madura de enfrentarnos a la situación!
¡Mira! -dijo el grumete- si dejamos en el castillo de popa a esos cuatro locos seguir con lo suyo, nos ahogaremos todos, pero si sacamos el barco del peligro, podremos preocuparnos después de las condiciones de trabajo, las mantas para las mujeres y el derecho a chupar pollas, aunque primero tenemos que dar la vuelta al barco. Si nos juntarnos algunos y preparamos un plan de acción con coraje, podremos salvarnos; no haría falta mucha gente: con seis u ocho lo podríamos llevar a cabo. Podríamos tomar el castillo de popa, echar a esos colgados por la borda y dirigir el barco al Sur.

El profesor levantó su nariz y dijo severamente-.
-¡No creo en la violencia! ¡Es inmoral!
-No es ético utilizar la violencia jamás -dijo el contramaestre.
-¡Desconfío del uso de la violencia! -dijo una pasajera.

El capitán y sus oficiales habían estado observando toda la escena, y a una señal del capitán, el tercer oficial volvió a bajar a cubierta, y mezclándose entre los pasajeros, dijo: Todavía quedaban muchos problemas en el barco, hemos logrado importantes avances. Pero aún siguen siendo duras las condiciones de trabajo para los marineros, el mejicano no gana todavía igual que los anglosajones, las mujeres aún no tienen las mismas mantas que los hombres, el derecho a poder organizar partidas de dados los sábados es, ciertamente, una pobre compensación por el robo de las tierras a sus antepasados, es injusto que el contramaestre deba chupar las pollas en el armario y que el perro se sigua llevando patadas de vez en cuando. Creo que hay que presionar un poco más al capitán. Sería de gran ayuda si hicierais otra protesta, siempre que ésta no sea violenta.

Mientras el tercer oficial volvía al puesto, todos le insultaban pero, al final, hicieron lo que éste propuso.

El capitán, una vez escuchadas sus quejas, se reunió con sus mandos en conferencia, durante la cual se guiñaron el ojo y sonrieron abiertamente; entonces se fue hacia la barandilla del castillo de popa y anunció que a los marineros le darían guantes para mantener las manos calentitas, el mejicano recibirla tres cuartas partes del salario de los anglosajones, a las mujeres se les entregaría otra manta más, al marinero indio le dejarían organizar partidas de dados los sábados y domingos y al contramaestre le dejarían chupar pollas en público a partir de¡ anochecer y nadie podría darle patadas al perro sin un permiso especial del capitán.

Los pasajeros y la tripulación quedaron extasiados con esta gran victoria revolucionaria, pero a la mañana siguiente, de nuevo se sintieron insatisfechos y comenzaron otra vez a quejarse de lo de siempre.
Entonces, el grumete empezó a irritarse y les grito:

¡Malditos necios! ¿no veis lo que hacen el capitán y sus mandos? Os tienen ocupados con vuestras quejas triviales de mantas, salarios, mamadas y el pobre perro, para que no penséis que lo que realmente va mal en este buque, es el hecho de que cada vez vayamos más al Norte y que todos moriremos ahogados. Si únicamente alguno de vosotros despertarais y atacásemos juntos el castillo de popa, podríamos virar en redondo y salvarnos. Pero lo único que hacéis es quejaros de cosas banales como el juego de los dados, chupar pollas o las condiciones de trabajo.
¡Banales! -gritó el mejicano. ¿Tú crees razonable que yo cobre un cuarto menos de salario que un gringo?, ¿es eso insignificante?
-¡Cómo puedes llamar a mi queja algo trivial!
-gritó el contramaestre. ¡No sabes lo humillante que es que te llamen maricón.
-¡Pegar al perro una cosa sin importancia! -espetó el defensor de los animales. ¡Es cruel, inhumano! ¡Brutal!
¡Vale pues! -dijo el grumete. Estos problemas no son insignificantes ni triviales; pegar al perro es cruel y brutal, y es realmente humillante que te llamen maricón, pero la magnitud de nuestro problema principal, el hecho de que el barco cada vez vaya más al Norte, hace que estas quejas se conviertan en insignificantes y triviales. ¡Porque si no damos la vuelta al buque todos moriremos ahogados!

-¡Fascista! -le llamó el profesor. -¡Contrarrevolucionario! -le gritó la pasajera.
Y todos los demás pasajeros y miembros de la tripulación comenzaron a tachar al grumete de fascista y contrarrevolucionario y echándole a un lado, siguieron hablando de salarios, igualdad de mantas, derechos a hacer mamadas en público y de los malos tratos al perro. Mientras tanto, el barco, que seguía rumbo al Norte, después de un breve lapso quedó atrapado entre dos icebergs, muriendo todos ahogados.

Ted Kaczynski

A mi, vulgar informatico, me parece almenos interesante. Por cierto germna, hay algunas palabrotas que dices que no las entiendo :p

Anotado por: PolAnko | 28/07/06

A mí también me parece una interesante historia.
Me alegra que visites la página y sobretodo que participes en estos asuntos, que es lo único mínamente serio que escribo.
Sin embargo hay dos cosas que quisiera matizar: una, es que no me interesa quién es el capitán, quién el profesor universitario ni quién el grumete. Y continuando con esto, eso de "vulgar informático" es muy relativo y lo poco relativo que hay en ello es que tienes tu dominio sobre los ordenadores, que no es precisamente algo inútil. La otra es que está muy bien y a mí también me gusta ilustrar lo que pienso con historias y canciones y demás pero también tengo en vista un sentido más práctico de todo esto; las alegorías y las ficciones están muy bien pero también interesa la praxis. En realidad viene a ser eso lo que me interesa de verdad, el resto sólo acompaña.
Ay, las palabrotas. Por algo colgué el link del DRAE en los enlaces, para soltarlas a mis anchas. ¡Vocabularízate un poco!

Anotado por: Webmáster | 28/07/06

¡Vocabularízate un poco! Eso tu madre! xD

Si bien es cierto que se necesita la praxis, las historias y canciones son catalizadores de los sentimientos, desde pequeños emos aprendido con cuentos, cogiendo la historia y destripandola en amistad, generosidad... valores, vamos.

Tus posts en el fondo no dejan de ser historias de realidad, pq estas catalizando nuestros sentimientos para k nos movamos, pero... como nos movemos, cual es el siguiente paso despues de debatir aki lo injusto que es el sistema?

Anotado por: PolAnko | 28/07/06

Bien Pol. Hemos llegado a la pregunta clave. Viene a ser lo mismo que me pedía Tristán.
Así que responderé lo mismo. Tal vez explicado de otro modo.
Sea lo que sea lo que nos propongamos hacer, es necesario reclutar un mínimo de socios comprometidos. Ahora bien, cada uno es como es y tendrá sus propias ideas. Si yo dijera: "vamos a hacer X y después Y, eso es lo que tenemos que hacer", nos encontraremos, seguro, con alguien que dirá que eso no, otro que así no, etc. Por eso prefiero reunir primero a la gente entorno a la idea básica que he ido repitiendo en los posts y los comentarios para, a partir de ahí, debatir no sólo lo injusto que es el sistema, sino ya qué podemos hacer nosotros, y, un paso más allá, empezar a hacerlo.
Así que ahora el siguiente paso es hacer publicidad de mi blog O:) jajaj Sencillamente atraer la atención de más gente que sepamos que está interesada en este tipo de cosas, decirles que queremos organizar alguna locura al respecto, etc.
Un vulgar informático haría un gran trabajo, por ejemplo, creando un foro en internet y buscando el modo más eficaz de que búsquedas en google tales como "injusticia", "tercer mundo", "hambre", "guerra", "utopía", "antisistema", "lucha con el sistema", "mierda de políticos" y otras lindezas por el estilo diera la url del foro entre las primeras opciones. Esto sería un ejemplo pensado así al azar.

Anotado por: Webmáster | 29/07/06

2 kosas

1.kien kojones son el capitan y su tripulacion y su puta madre

2.Germán, ke koño me estás contando, tanta palabra bonita...pake koño sirven si no entiendo una puta mierda joder, habla claro, ke kieres, hacer un atentado? pos dimelo koño, ya me inmolo yo, pero no le des tantas vueltas ke me mareo joder

es broma, pero enserio, ke pasa aki?

Anotado por: ori | 04/08/06

Las preguntas que haces son bastante más interesantes de lo que parecen, bien pensado. La última no, qué pasa aquí es evidente, ahora, tú míralo como quieras.
El barco representa la humanidad. En el cuento el barco va rumbo a la destrucción y la tripulación se queja de sus problemas en el barco sin darse cuenta de que se van estrellar y van a morir todos. El capitán, sin embargo, es una persona que, por desgracia, no existe. Digo por desgracia porque si hubiera alguna especie de "capitán" en la humanidad, ya nos habríamos amotinado hace un tiempo, lo habríamos echado por la borda y corregido el rumbo.
Yo también tengo la sensación de que, como en el cuento, la humanidad se dirige a la destrucción. Vivimos de rentas y de créditos, compramos cosas con un dinero que todavía no hemos ganado. Es una situación delicada que con un "crack" no demasiado fuerte en su inicio podría desencadenar la ruina económica de muchos millonetis que no estarán dispuestos a perder su "calidad" de vida, y, en consecuencia, los países podrían empezar a tirarse bombas y a robarse el patrimonio. Es una visión apocalíptica pero me parece bastante probable.
Pero cuando buscas un capitán que echar por la borda para corregir el rumbo y dejar de gastar recursos indiscriminadamente para nada, por que los gastamos para nada, para ser más chulos, básicamente, te encuentras como Astérix y Obélix en la casa de oficinas de las Doce Pruebas, cuando tienen que conseguir un formulario y los mandan de un lado para otro.
El caso es que a mucha gente no le gusta el rumbo de la sociedad por muchos motivos, pero cuando se encuentran con la complejidad del sistema prefieren renegar y hacer su vida y quedarse de brazos cruzados ante la ineptitud y la corrupción de los que cortan el bacalao.
Básicamente eso es lo que he venido comentando en estos textos, que habiendo toda esa gente, lo más sensato sería dejar de hacer el inútil y pensar en algo que se pueda hacer por cambiar las cosas. Pero para eso primero es necesario agrupar a la gente que esté dispuesta a cambiarlas, y sólo después se podría hacer algo. Los mareos de los textos no explican que quiera hacer un atentado o que quiera sodomizar al Papa, sólo son unas reflexiones en forma de diálogo alrededor del tema para que puedas ponerte en el lugar de los conversadores y empezar a darle vueltas a tu cabecita. Es como tirar de la cadena de una lancha motora, que una vez has estirado ya funciona sola. Tú por lo que veo debes haberte quedado sin combustible.
En realidad no digo nada más. Yo le doy vueltas a qué es lo que está al alcance de "cualquier" grupo unido y con apoyo, y cuáles de esas cosas podrían realmente transformar la sociedad y rectificar un poco el rumbo. Sin embargo estas cosas son muy complicadas y por ahora lo primero que me interesa es saber que hay gente dispuesta a moverse, y contando con una base, entonces, entre la gente que seamos, ponernos de acuerdo en cómo llamar la atención de toda esa gente que no hace nada excepto renegar de lo mal que se hacen las cosas porque han perdido la ilusión por cambiarlas, como hacen los viejos criticando las obras por que ya están demasiado débiles para construirlas ellos.
Eso es lo que pasa, según creo yo. Y no me jodas con que no lo entiendes o es muy largo.

Anotado por: Webmáster | 05/08/06

voy a dejar de visitar este espacio, saludos

Anotado por: ori | 05/08/06

xDDD puto ori...

Me ha gustado la comparacion entre el credito y asterix y las doce pruevas xDDD

A veces es como te sientes.... (Lo se por el piso, por el coche, por el curro...)

Anotado por: PolAnko | 06/08/06

Sí, puto ori.
Me alegro de que te gustara la comparación, el mérito no es mío, es de Goscinny y Uderzo. Por cierto, has hecho oídos sordos a la propuesta del foro.

Anotado por: Webmáster | 09/08/06

ah nono, no me lo havia tomado como una propuesta directa.

Es muy sencillo, lo unico k hace falta es encontrar un servidor de alojamiento gratuito, ya preguntare, k etoy un poco frio en esto. Ya te dire

Anotado por: PolAnko | 26/08/06