De Germani DeliramentisDesvaríos y explayaciones de un..... de mí :)2021-10-06T14:09:13+02:00All Rights Reserved blogSpiritblogSpirithttp://degermanideliramentis.blogspirit.com/Maverik-http://degermanideliramentis.blogspirit.com/about.htmlAdiós con el corazón...tag:degermanideliramentis.blogspirit.com,2008-07-27:16007442008-07-27T17:12:42+02:002008-07-27T17:12:42+02:00 Nos mudamos. Las bajas posibilidades de edición de las plantillas de...
Nos mudamos. Las bajas posibilidades de edición de las plantillas de blogspirit han terminado por cansarme, aunque me sabe mal dejar atrás todas las listas de enlaces en las que había conseguido aparecer, el índice de visitas y comentarios... pero espero que sea para bien.<br /><br />Ahora estaremos en wordpress:<br /><br />http://degermanideliramentis.wordpress.com
Maverik-http://degermanideliramentis.blogspirit.com/about.htmlClase magistraltag:degermanideliramentis.blogspirit.com,2008-07-26:16004462008-07-26T22:48:05+02:002008-07-26T22:15:00+02:00 Carlos Sastre era bueno. Carlos Sastre era un ciclista humilde, pero...
Carlos Sastre era bueno. Carlos Sastre era un ciclista humilde, pero especialmente dotado para el ciclismo de montaña. En poco tiempo se convirtió en un escalador respetable, pero le faltaba potencia para mantener el tipo en las contrarrelojes individuales. Como tantos otros escaladores.<br /><br /> Carlos Sastre era bueno, y corrió en equipos buenos. Trabajó como gregario durante muchos años, en muchas carreras, para la gloria de otros. Alguna vez, porque era bueno, y militaba en equipos buenos, tomaba el mando. Eran pequeñas ocasiones. Una gloria humilde para un ciclista trabajador, paciente, sensato y discreto. Carlos Sastre era bueno, sabía lo que tenía que hacer, y hacía caso de lo que le decían.<br /><br /> A Carlos Sastre no le iban las cosas mal. Cada año se sentía un poquito más fuerte, sabía un poco más, y todos, en su equipo y en el pelotón, lo respetaban un poco más. Se clasificaba entre los primeros en las grandes vueltas. Cada vez en vueltas más grandes, cada vez en puestos más altos, pero siempre con humildad. Ya sobrepasaba la treintena. A esa edad, un deportista corriente ya ha celebrado sus mejores éxitos.<br /><br /> Carlos Sastre era realmente bueno. Protagonizó exhibiciones de fuerza en la ascensión a las cumbres más duras del circuito profesional. Eso le hacía feliz, y hacía feliz a su equipo, que disfrutaba de disponer de un corredor tan bueno, haciendo el trabajo para su líder, ganando etapas, clasificando alto en la general. Un líder que, fuera quien fuera, hizo cosas buenas, pero nunca conquistó la más grande de las vueltas, el Tour de Francia.<br /><br /> A Carlos Sastre le iba bien en el Tour de Francia del 2.008. Se sentía fuerte, y el compañero de equipo para quien trabajaba logró vestir el maillot amarillo que identifica al primer clasificado de la ronda gala. Pero su compañero de equipo, igual que él, no era tan buen contrarrelojista como sus rivales, que se estaban defendiendo en la montaña. <br /><br /> Carlos Sastre contaba con un buen equipo. Él, en gran medida, era parte de esa calidad, pero como todo grupo, todos sus miembros debían realizar bien su trabajo para funcionar correctamente. Carlos Sastre eso lo sabía muy bien: era lo que había estado haciendo durante toda su carrera como ciclista. El buen equipo de Carlos Sastre castigó a los rivales marcando una velocidad alta en carrera. Subiendo los puertos de montaña a ritmo duro. Cuando le correspondía, él se encargaba de imponer ese ritmo. Trabajaba para su equipo como lo había hecho toda su vida: con sensatez, discretamente. Etapa tras etapa, ascensión tras ascensión, repecho tras repecho, Carlos y su equipo fueron cansando a sus rivales. <br /><br /> El 23 de julio de 2.008 la etapa del Tour de Francia finalizaba en la cumbre de Alpe d'Huez, una ascensión no muy larga pero muy, muy dura, dónde sólo quién es verdaderamente fuerte puede aguantar el tipo. Donde sólo los más grandes pueden coronar por delante del resto. <br /><br /> Al pie de Alpe d'Huez, el ritmo de etapa había sido exigente, pero seguían marchando todos los corredores fuertes en el mismo grupo. Carlos Sastre arrancó un pedaleo veloz súbitamente, y se marchó.<br /><br /> Correr solo es extremadamente duro, física y mentalmente. El ciclista que marcha solo en cabeza no tiene ninguna referencia, ni abrigo para minimizar la acción del viento. Sólo tiene la esperanza de que quienes pedalean en grupo no se propongan cazarle. Eso, o ser el mejor. Y saber que es el mejor, para recordarlo en cada curva, y en cada pedalada, durísima de mover, y entregar el máximo confiando que los que vienen detrás no te van a alcanzar por más que corran.<br /><br />Carlos Sastre sabía lo que tenía que hacer. Había sido paciente durante toda la carrera, sin inquietarse en ningún momento, sin preocuparse por nada ni nadie, hasta que llegó su momento: y cuando llegó, supo reconocerlo. Subió en solitario las veintiuna curvas de herradura que conforman la legendaria ascensión de Alpe d'Huez, la catedral del ciclismo. La última ascensión. La más grande. El ritmo de la etapa seguía siendo duro, pero él era más rápido. Carlos Sastre subía con fuerza, con confianza. Había subido demasiadas montañas, había trabajado demasiado duro, discretamente, para otros, demasiadas veces, como para no saber cómo tenía que trabajar ahora. Esta vez para él. Para él solo. Él solo. Lo merecía, no por sus años de esfuerzo a la sombra de otros, ni por su inteligencia en carrera. Carlos Sastre merecía trabajar esta vez para sí mismo, porque él era el mejor. Y Carlos Sastre coronó en solitario la mítica cumbre de Alpe d'Huez, donde sólo los más grandes ganan. Los demás llegaron dos minutos más tarde.<br /><br /> El 23 de julio de 2.008, el mundo del ciclismo se rindió a Carlos Sastre, porque ese día fue el más grande.<br /><br /> Carlos Sastre era el líder de la vuelta ciclista más importante del mundo. Probablemente no se había planteado seriamente algo semejante al empezar la carrera. Como cada año, trabajaba para otros. Conocía bien la competición, y se conocía bien a sí mismo, así que seguramente sabía que podría hacer algo importante, si se presentaba la oportunidad. Pero él tenía que trabajar para su líder. Con sensatez. Sin armar demasiado revuelo. <br /><br />Carlos Sastre no era un especialista en la contrarreloj, y corría el riesgo de perder la ventaja que ganó en Alpe d'Huez en la última crono individual de la vuelta. A Carlos Sastre no le preocupó eso, porque había sido el más grande el 23 de julio, y eso le hacía feliz, y hacía feliz a su equipo.<br /><br />Esta tarde Carlos Sastre ha corrido la contrarreloj con tranquilidad. Podía perder la carrera, y era consciente de ello, pero todos los corredores habían sufrido mucho en las etapas de montaña, y eso afectaría más a algunos corredores que a otros, así que también sabía que tenía sus opciones. Carlos Sastre se ha proecupado tan poco de su propia gloria durante tantos años, que no ha tenido problemas en olvidarse de que hoy era su gloria la que estaba en juego. Se ha limitado a hacer su trabajo, y a correr lo mejor que ha podido, y lo mejor que ha sabido. Y eso, para un veterano en plena forma, es mucho. Demasiado. Apenas ha cedido tiempo en una prueba que no es su especialidad. Su rival no estaba preparado, y no ha estado a la altura de las circunstancias. No ha sido el mejor. Mañana, en París, el Sastre será el emperador.<br /><br />Carlos Sastre ha dejado de ser un buen ciclista. Carlos Sastre es un maestro del ciclismo. Y un verdadero maestro no sólo ilustra en la disciplina de que es especialista. Alecciona para la vida.
Maverik-http://degermanideliramentis.blogspirit.com/about.htmlLos caminos del artetag:degermanideliramentis.blogspirit.com,2008-07-14:15930392008-07-14T03:10:27+02:002008-07-14T02:50:00+02:00 Horacio es un artista moderno. Empezó a la temprana edad de once años...
Horacio es un artista moderno. Empezó a la temprana edad de once años escribiendo caligramas obscenos como entretenimiento, pero su verdadera vocación era la música. Compró un piano viejo y lo restauró para prepararlo con muñecas de porcelana, calcetines usados y toda clase de frutas, siendo sus preferidas sin duda las chirimoyas, gracias a las cuales compuso su más célebre obra, "Los estertores de K", si bien él reniega de ésta y nunca gusta de tocarla en público si no es por grandes sumas de dinero destinadas a invertir en sus proyectos serios, puesto que tal obra fue una improvisación para una fiesta que dio para sus amigos íntimos de los círculos universitarios, y más concretamente para Miranda, una chica cuyos favores pretendía conseguir mediante esta "pomposa y banal" composición, como él la calificaba, inconcebiblemente tonal; favores que por cierto jamás obtuvo por éste ni ningún otro medio. Muchos otros éxitos entre las féminas consiguió, no obstante, gracias a su música, puesto que fue rápidamente encumbrado por su apasionada y clarividente dedicación al arte por los críticos y aficionados, que lo defendían a capa y espada como "paradigmático romántico", "cruzado del sentido estético" y, la más común entre quienes sólo lo valoraban por el aura social que concedía su admiración, "enamorado de la vida", aunque ésta última definición cayó en desuso después de publicarse la biografía de Chambao, perdiéndose lamentablemente entre las marismas de la omnipresente vulgaridad y dejando fuera de onda a los pobres infelices que osan repetirla en la actualidad. Él, por su parte, abdica de todos estos despropósitos, si bien es innegable que muchas de estas críticas favorables le sientan francamente bien y lo animan a aventurarse insobornablemente en las lindes del universo artístico conocido. Viste generalmente con trajes regionales de distintas tribus amazónicas, que combina con accesorios decimonónicos tales como monóculos, bombines y bastones, aunque también puede vérselo vestido de uniforme (policía, bombero, militar, cirujano y tantos otros), generalmente de ciudades cuyo nombre empieza por V, como Vancouver, Vichy o Valencia, eludiendo Viena y Venecia por resultar demasiado previsibles. La cultura occidental es "una pareja de pre-jubilados de ambiciones consumidas por el tedio y la costumbre", en sus propias palabras, y necesita "aire fresco en forma de efebos gitones, un asesinato, o, cuanto menos, la contemplación de posibilidades similares", para no "sumirse en un sueño más profundo que la propia muerte que les espera a unos pocos pasos". Un encuadre gráfico desde ángulos humanamente posibles, una narración con trama en tres actos, un poema semánticamente coherente, y, lo que en lo más hondo le duele, como músico que es -aunque él prefere considerarse simplemente "artista"-: una pieza musical fijada a un tempo, y, todavía peor, armónicamente proporcionada, lo arrojan instantáneamente a una honda e inconsolable tristeza.<br />Horacio trabaja actualmente en la composición de una ópera destinada a ser representada en la calle -él tiene pensado que sea en la Rambla-, donde la improvisación guiada es fundamental dado que el público es parte activa. Un sector del reparto consiste en estatuas humanas que se desnudan y propinan una paliza real a un hombre manco -cuyos emolumentos superarían los del el propio Horacio- dando paso a las primeras intervenciones del piano preparado, que ha de acompañar los gemidos y los sordos impactos sobre el cuerpo del manco, momento a partir del cual la intervención de los transeúntes pone en marcha una compleja maquinaria según la cual a cada palabra le corresponde una respuesta concreta y un nuevo objeto a ser depositado en el piano además de cualquier aderezo al libre albedrío de los artistas implicados; por ejemplo, un improperio puede ser respondido con una coreografía que simula a devotos musulmanes rezando hacia la Meca por parte del reparto, en tanto que Horacio deposita unas cerezas en su piano; por su parte un verbo conjugado en imperativo provoca la congelación del reparto en la posición en que se encontraban y un insistente si bemol al piano, que es susceptible de ser sustituido por la sostenido si Horacio se encuentra suficientemente trasgresor. La lista de posibilidades es considerablemente larga y de hecho resulta mucho más dificultosa para los actores esta parte de la ópera que la memorización del libreto, aun considerando que ciertos pasajes de éste consisten en cadenas consonánticas de más de diez elementos en ascensiones cromáticas seguidas de otras más cortas, separadas unas de otras por intervalos de quinta y octava; de oraciones consistentes en varias decenas de pronombres débiles en catalán y de palíndromos en alejandrinos que mezclan el portugués, el latín medieval y el esperanto. El reparto hubo de rendirse a la inspirada genialidad del artista (que los críticos de todo el mundo empiezan a juzgar sin parangón en la escena contemporánea) cuando conocieron las bases de improvisación en caso de intervención policial, consistiendo éstas en salir corriendo cada uno de los actores y el propio Horacio en una dirección distinta y determinada, dejando al hombre manco encadenado al piano y plañendo "anihcam xe sued, fatum est, deus ex machina, mutaf tse siledurc". Se negocia la colaboración del escenógrafo y escultor alemán de origen australiano Ernst Evans, si bien éste exige dientes de <em>anoplogaster cornuta</em> para su proyecto, un pez sumamente difícil de encontrar, sin los cuales el afamado artista germano no encuentra sentido a su colaboración y sólo estaría dispuesto a idear una alternativa a cambio de un concierto privado de Horacio con el cuerpo pintado de traje de luces y una montera, proposición que estuvo a punto de echar por tierra las negociaciones dado que el privilegiado músico encontró de un gusto estético deleznable pintarse el cuerpo de torero y lucir montera siendo genial como sería vestirse de luces y simular una montera con sus cabellos, pero afortunadamente el incidente se solventó tras unas cuatro horas de discusión teológica, cinco de borrachera de absenta e historia del circo romano y finalmente otras tres de divagación sobre el erotismo haitiano.
Maverik-http://degermanideliramentis.blogspirit.com/about.htmlMort, de Terry Pratchetttag:degermanideliramentis.blogspirit.com,2008-07-12:15922792008-07-12T19:05:19+02:002008-07-12T18:05:00+02:00 Si bien esta no es mi primera incursión en la literatura de Terry Pratchet,...
Si bien esta no es mi primera incursión en la literatura de Terry Pratchet, es la primera vez que lo acometo seriamente y me leo una de sus novelas de cabo a rabo. <br />Anteriormente había leído "El puente del troll", un delicioso relato que fue recogido en la antología de narrativa fantástica en homenaje a Tolkien. Desconozco la fecha de redacción de ese relato así como si fue escrito expresamente para figurar en la antología, pero espero descubrirlo algún día… <br />Por otro lado había leído las primeras páginas de "El color de la magia", o lo que es lo mismo, las primeras páginas de la célebre saga Mundodisco. Ciertamente Terry Pratchett hace gala de ingentes dosis de sentido común para deconstruir nuestro mundo moral y rearmarlo en otro mucho más atractivo para cierto sector del público, inspirado en el imaginario de la fantasía épica. Mundodisco caricaturiza la presuntuosidad de la ciencia y la filosofía e impone sobre ellos la paradoja, el absurdo, la espontaneidad misma de la vida. Ahora bien, no son sólo la ciencia y la filosofía los blancos del sarcasmo de Pratchett: nada queda a salvo de sus mofas. <br />Con estos ingredientes basta para seducir la imaginación del lector y mantenerlo interesado en lo que quiera contarse en este universo; Multiverso, para ser más exactos. Y nada más lejos de la realidad, porque es realmente muy poco lo que Terry Pratchett añade en Mort. <br />Mort es la historia de un muchacho así llamado, desgarbado y carente de experiencia vital, que consigue su primer empleo, se mete en líos porque se enamora de una chica con la que mantiene relaciones laborales y finalmente es despedido aunque tiene el valor de desafiar a su jefa y termina en buenos términos con ésta... Pero resulta ser que "ésta" es la Muerte. Como vemos, Terry Pratchett se emplea a fondo ya sólo para nombrar a su protagonista. No obstante, la caracterización de la Muerte es impecable, considerando las licencias cómicas, gracias a las cuales Pratchett se distingue con el único toque de maestría de la novela, y es la perfecta gradación según la cual Mort asimila casi hasta la totalidad el oficio de Muerte, en tanto que la Muerte se toma unas vacaciones para intentar sentir algo, aprovechando el trabajo que le ahorra su ayudante. De este modo la Muerte se humaniza y Mort se muertiza, por así decirlo. Tal vez Pratchett se tome excesiva molestia en evidenciar el proceso en Mort, pero, en general (lo cual incluye por completo el proceso de humanización de la Muerte) la gradación escena tras escena es verdaderamente loable.<br />Poco hay más digno de admirar. Los personajes son planos, estereotipados, carentes de interés ni profundidad. Uno de ellos, Albert, protagoniza un estrepitoso fracaso narrativo que busca explotar una anagnórisis (reconocimiento) y convertir un personaje cómplice en un corrupto. Por otro lado el escritor no se toma demasiadas molestias en disimular los referentes reales que emplea a la hora de caracterizar reinos y demás escenarios, ni tampoco emplea una percepción demasiado aguda de tales referentes, si bien una excepción notable es la religión de los Oyentes, que reviste cierta complejidad. La verdad es que el estilo bestselleriano es verdaderamente penoso. Leyendo un bestseller como éste uno siente lo mismo que viendo la televisión, y es que hay una inteligencia ahí que está constantemente pendiente de no hacer nada que resulte complejo y que exija -Dios nos libre-, reflexionar a fondo al público, ocupando el espacio que debería corresponder a tal complejidad con tópicos y banalidad ensartados en anzuelos consistentes en el estímulo emocional: risa, aprensión, estima, etc. De modo que el narrador se esfuerza de continuo en recomponer las situaciones para ubicar al lector, además de, como digo, exponer con simiesca transparencia los mecanismos con que pretende burlar situaciones conocidas de nuestro mundo "real". No obstante, en algunos puntos se le escapa la pluma a Mr. Pratchett y, si andamos despistados leyendo con la ligereza que permite el estilo, en ocasiones nos podemos perder algún juego complejo cuya resolución no ha sido insistentemente reconstruida por el narrador, y tenemos que releer el fragmento con una atención ligeramente superior a la que exige ver la televisión. Otra advertencia que quisiera hacer al respecto del estilo de este libro es el gusto por las comparaciones extravagantes, del tipo (me lo invento, pero van por el estilo): "cayó al suelo con el sonido de una tostadora golpeada por un guante de boxeo lleno de hielo". Pero bueno, chaval, no te complicas la vida en casi nada, no vengas a complicártela en esto. <br />La desfachatez del bueno de Terry alcanza su clímax juntamente con la novela. Cuando ya la lectura ha perdido interés porque nos hemos acostumbrado al estilo y ya no nos causa tanta gracia, si seguimos leyendo es simplemente porque nos hace gracia saber cómo acaba (o por poder decir que lo hemos leído completo). También debo señalar que el estilo se vuelve bastante más plano en las últimas páginas, donde el narrador va por faena para conducirnos al desenlace. Y lo que nos encontramos entonces es un monumento al cinismo literario en forma de <em>deus ex machina</em>, que para algo sirven los dioses de Mundodisco además de bromear sobre ellos. Y para colmo, el desenlace se produce en una elipsis; es decir, que Mr. Pratchett ni siquiera se toma la molestia de fabricar la <em>machina</em>. Manda güevos. <br /><br />Después de esta lectura lo único que recomiendo abiertamente de este autor es el cuento que mencioné al principio, "El puente del troll". El mérito del relato es que tiene una trama sencillita, que se resuelve en quince o veinte páginas, y todas ellas están repletas de enjundioso sarcasmo e ingenio cómico, permitiéndo además, en su reducida estructura, trazar un hermoso círculo que contiene una verdadera obra de arte. Cuando pretende sacar el estilo a novelitas que habrán de venderse como churros en formato reducido, con coloridas y barrocas ilustraciones en sus cubiertas de cartón, por seis o siete euros, la calidad resultande es tristemente inferior. <br />Con todo, no quisiera desanimar al lector para la lectura de éste u otros libros de Terry Pratchett. Cuando uno empieza a leer, y se encuentra fragmentos como este: <br /><br />"<em>Reciben el nombre de reanuales aquellas plantas que crecen hacia atrás en el tiempo. Se siembran este año y crecen el año pasado.<br />La familia de Mort estaba especializada en la destilación de vino de uvas reanuales. Se trataba de una fruta muy poderosa y buscada por los adivinos puesto que, como es obvio, les permitía ver el futuro. El único inconveniente era que la resaca se producía la mañana antes, y había que beber mucho para reponerse,<br />Los cultivadores reanuales eran, por lo general, hombres corpulentos y serios, muy dados a la introspección y al análisis exhaustivo del calendario. Un agricultor que se olvida de sembrar semillas normales sólo pierde la cosecha, mientras que quien se olvida de sembrar las semillas de una cosecha que ya ha sido recogida doce meses antes, se arriesga a poner en peligro toda la estructura de la causalidad, por no mencionar que es una vergüenza enorme para él.</em>"<br /><br />O la puesta en escena de Mort:<br /><br />"<em>Era un muchacho alto, pelirrojo y pecoso, con uno de esos cuerpos que dan la impresión de estar sólo marginalmente bajo el control de su dueño; un cuerpo que parecía compuesto en su mayoría de rodillas.<br />(…) sus piernas se desvían en todas las direcciones, y aún así parece conseguir una cierta velocidad.<br />(…) Se quedaron mirando fijamente la silueta lejana. Se había caído al suelo. Unas cuantas palomas se le habían acercado contoneándose para inspeccionarla. <br />-Y la verdad es que, tonto, tonto, no es -dijo Hamesh.<br />-Bueno, cerebro sí que tiene -admitió Lezek-. A veces se pone a pensar con tanta fuerza que hay que golpearlo en la cabeza para que te preste atención.</em>"<br /><br />Obviando los grotesco de los nombres de los personajes secundarios, la verdad es que uno se siente empujado a leer solamente por la comicidad del estilo, considerando además los elementos fundamentales de la saga Mundodisco, bastante interesantes de por sí. Luego, mi recomendación, es que cada uno lea hasta donde le lleguen las ganas, porque no tiene nada más una vez has captado el estilo.<br /><br />Para finalizar, transcribo mi fragmento favorito del libro. Ya que atravieso una espantosa crisis creativa, merece la pena leer cosas como esta (es un pie de página remitido por la palabra <em>pizza</em>):<br /><br />"<em>La primera pizza tuvo origen en el disco y fue una creación del místico klatchiano Ronron </em>Joe Revelation<em> Shuwadhi. Ronron manifestó que le fue entregada en sueños por el mismísimo Creador del Mundodisco, el Cual, aparentemente, le comentó que era lo que se había propuesto crear desde el comienzo. Los viajeros del desierto que habían visto el original, que, según se dice, se encuentra milagrosamente conservado en la Ciudad Prohibida de Ee, sostienen que lo que el Creador tenía en mente entonces era una cosa pequeña de queso y pimientos con unas cuantas aceitunas negras -después del Cisma de los dextrosianos y de la muerte de unas veinticinco mil personas en la cruzada resultante, se permitió a los fieles que añadieran a la receta una hojita de laurel-, y que los detalles como las montañas y los mares le habían salido después, con el entusiasmo de última hora, como suele ocurrir con tanta frecuencia.</em>"
Maverik-http://degermanideliramentis.blogspirit.com/about.htmlEnésima bitácora para De Germani Deliramentistag:degermanideliramentis.blogspirit.com,2008-06-13:15731332008-06-13T16:15:27+02:002008-06-13T02:30:00+02:00 Algunas obviedades que he aprendido al fin de un ciclo en este pequeño...
Algunas obviedades que he aprendido al fin de un ciclo en este pequeño delirio llamado vida.<br /><br />Primera: un plan fracasado es tan doloroso como gratificante es un éxito imprevisto. No planifiques nada que no sea imprescindible planificar, lo cual no significa tomar grandes decisiones a la ligera. <br /><br />Dos. Cuanto más difícil resulte ser congruente con decisiones tomadas mucho tiempo atrás, tanto más probable es que tu vida sea una mierda. Y si no eres capaz de cambiar de rumbo, entonces ya tienes la respuesta de por qué tu vida es una mierda. Simplemente sé consecuente con lo que quieres, aunque duela.<br /><br />Y tres. Si el dolor te hace sentir vivo, prueba con el amor. Eso sí que duele.
Maverik-http://degermanideliramentis.blogspirit.com/about.htmlEl 11-S, el fin de la posmodernidad y el marxismotag:degermanideliramentis.blogspirit.com,2008-04-15:15302652008-04-15T22:47:01+02:002008-04-15T22:47:01+02:00 Dicen los teóricos que el atentado contra las Torres Gemelas supone el fin...
Dicen los teóricos que el atentado contra las Torres Gemelas supone el fin de la postmodernidad. La cuestión primera es, y creo ser justo en ello, ¿qué co… es la posmodernidad?<br /><br />Esto nos conduce a recuperar someramente el amplio concepto de modernidad, que, como observamos por evidente etimología, es necesario para comprender la posmodernidad, y, todavía mejor, nos servirá en conjunto con ella para reflexionar sobre el fenómeno mismo de esta clase de etiquetas.<br /><br />Una aproximación de examen de bachillerato definiría modernidad como una etapa histórica de la civilización occidental que engloba todos los campos de la cultura y modifica radicalmente la existencia de los individuos, abandonando la forma de vida medieval. Todo el conjunto de las ciencias naturales, la tecnología, el pensamiento humanista, y recíprocamente, el rumbo político y económico de la sociedad europea participan de este giro histórico. El poder del Vaticano retrocede ante el empuje incontenible de la ciencia, se inicia la colonización y, con ella, un frenético crecimiento económico, que termina de propulsar los embates de transición cultural. En un sentido más profundo, la modernidad significa el nacimiento del sujeto, del yo independiente de su sociedad y consciente de sí mismo, de su distancia entre su realidad y la realidad ajena. Este yo no sólo es capaz de desarrollar un pensamiento crítico respecto de los pactos simbólicos de su sociedad sino que, he aquí la verdadera revolución, deja de creer en la trascendencia de éstos y sólo puede creer en la trascendencia de su propia existencia. El sujeto es un ser huérfano de trascendencia, un errante ente en perpetua interrogación que contempla el sentido trascendental de la existencia con melancolía pero que al mismo tiempo no puede dejar de criticarlo, por encontrarlo insuficiente, de hollar el ancho y largo del mundo espacial e intelectual en busca de respuestas que en el mejor de los casos sustituirá por otras nuevas. <br /><br />Ahora que hemos sacado el libro y refrescado algunas ideas podemos señalar algunas cuestiones más concretas en lo que a la posmodernidad respecta. Uno de los rasgos clave del sujeto moderno es, como hemos dicho, su inexorabilidad crítica, lo cual acaba conduciendo a la Ilustración: a la conciencia social histórica, a la intención de intervención directa y programada de la razón del sujeto para modificar el curso de la Historia en pos de unos ideales de igualdad, libertad y fraternidad que conduzcan a unos sujetos más felices y plenos, una sociedad más justa y mejor organizada. ¡Ja! Los detractores de la implícita falacia utópica aparecen instantáneamente, simultáneamente, con la Ilustración, o, mejor dicho: forman parte de ella.<br /><br />Este proceso sufre un punto de inflexión y un revés crítico durante las guerras mundiales, especialmente Segunda Guerra Mundial, que además de ser la madre de todas las guerras contiene los episodios de los campos de concentración nazis y los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. La comprensión subjetiva de este impacto es, en términos generales, puramente matemática: cuanto más viejo es el individuo, y más cercano por tanto a los hechos, mayor es su conciencia. La cuestión es que, oficialmente, para muchos la modernidad muere tras este episodio. Se abandona la esperanza de que la planificación racional pueda conducir a ningún sitio mejor del que se alcanzaría sin ella. Lo que viene después, entonces, se resume en la controvertida aseveración de un tal Fukuyama, según la cual, la Historia ha concluido. La Historia era contemplada como un proceso acumulativo, lineal, con una dirección; un sentido. Se entra entonces en una burbuja, el tiempo desaparece, los sonidos se ralentizan como bajo el agua, la visión se nubla, la percepción toda se distorsiona y la fragmentación de lo que llamamos realidad es completa y asumida. El presente se eterniza; el pasado es mero recuerdo, no participa, y el futuro ya no es algo que valga la pena plantearse. Yo añadiría, además, que la posmodernidad conoce el fin del sujeto, aunque por lo general esta idea no gusta porque el ego es demasiado necesario en nuestro sistema y no resulta posible decir en voz demasiado alta que también nos lo hemos podido cargar. Posmodernidad es una palabra bien sencilla, entonces, a pesar de la complejidad de lo que enuncia, pues es, simplemente, lo que viene una vez la modernidad ha concluye.<br /><br />Hasta aquí, la versión oficial. Esto puede servir para completar apuntes y como temario para asignaturas que toquen estas cuestiones. Ahora vamos a contar cosas que no se dicen, pero se piensan.<br /><br />El 11-S es una cuestión interesante. Es un lugar común para nuestra generación. Yo estaba comiendo cuando vi todo aquello por las noticias, y seguí visualmente el desplome de las torres en visitas furtivas al salón mientras chateaba en el mIRC y los contertulios avisaban de las novedades. ¿Cuál es tu historia? <br />Después de aquello se levantó un gran revuelo entre la comunidad intelectual, porque los defensores de la muerte de la modernidad, y por tanto, del dominio de la posmodernidad ¿qué iban a decir ante aquello? ¿Debemos seguir en nuestras burbujas? ¿De verdad no pasan cosas nuevas en la Historia que reclamen una intervención racional? Reza la leyenda que callaron, y la posmodernidad se decretó concluida. <br /><br />Pues bien, señores, eso está bien, pero llegan tarde. La generación del 11-S y de Internet, desde que tenemos uso de razón, nos planteamos qué será de la Historia y qué podemos hacer por mejorarla. ¿Utopías racionalistas? Eso es una cuestión que podemos debatir en otro momento. La cuestión es; nosotros no esperamos al 11-S. Algunos eran demasiado jóvenes entonces. Da igual. El 11-S sigue sin ser necesario. Es cierto que se denunció, desde los puestos oficiales, la falsedad de la posmodernidad; esto es igualmente estéril, porque la posmodernidad no era falsa, ni siquiera un paso en falso. Que concluya no significa que no haya existido. Apoyo, desde mi opinión, su condición de paréntesis al proceso moderno. Ciertamente la actitud posmoderna contenía mucho más de modernidad que de otra cosa, pero ello tampoco desvirtúa su realidad. Un paréntesis también forma parte del texto. No sé qué puede ser lo que concluya el proceso de la modernidad, la Historia, la esperanza racionalista. No fueron los campos de exterminio nazis. Pero sí supusieron una suspensión temporal. <br />Si yo ahora preguntara, igual que hice con la caída de las Torres Gemelas, ¿cuál es tu historia?, al respecto de la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué me diríais? Me hablaríais de libros de texto, de documentales, de cine, de televisión -qué buena es la serie <em>Band of Brothers</em>, ¿verdad?- Superficialmente, se me antoja que éste es el meollo. El relevo generacional y el crecimiento económico que acompañaron la posmodernidad han cerrado las sospechas que levantaron los trágicos hechos de la primera mitad de siglo. Ahora vivimos bien: tenemos pan, tenemos vino, tenemos circo, y lo mejor de todo es que tenemos paz. Esto no es el caldo de cultivo para el hedonismo y la abulia trascendental. Tal vez sí lo sea para el primer caso pero en ningún caso acompañando al segundo. Al contrario: es el caldo de cultivo para las más acertadas incisiones críticas, para las más apasionadas cruzadas místicas y las más honestas búsquedas de sentido y Verdad. <br /><br />Algo así sucede con todas las grandes fechas históricas, y el discurso académico lo sabe perfectamente. 1.492 es el fin de la Edad Media; se descubre América -se inaugura la Inquisición española-, se publica la <em>Gramática</em> de Nebrija. Todo esto, no obstante, no se habría producido sin ciertas condiciones anteriores; sin, lo que se llama, "precedentes". Lo sabemos todos.<br />El 11-S, por tanto, no es una excepción. <br /><br />Ya voy, me parece, concluyendo mi disertación, y, para lo que habría sido mi propia sorpresa hace apenas unos meses, vamos a darle su toque final de marxismo. Qué mejor aliado y al mismo tiempo peligroso compañero para el marxismo que las teorías conspiranoicas, cuyo apogeo está coincidiendo, precisamente, con el episodio de la caída de las Torres Gemelas. Son recomendables, para el que tenga reparos en dar crédito a lo que voy a explicar, algunos documentales, empezando por <em>Faranheit 9/11</em> de Michael Moore. También tenemos el capítulo correspondiente al 11-S de <em>Zeitgeist</em>, y otro documental, que recomiendo por recomendación, llamado <em>Loose Change</em>. El tema que tratan estos documentales es que el atentado contra las Torres Gemelas es en realidad una jugada del gobierno norteamericano, con el siguiente objetivo: provocar el miedo en la población, de modo que resulte más dócil y manipulable y apuntar como responsable y objetivo directo a combatir al mundo islámico, legitimando con una sola maniobra el saqueo y control del Oriente Medio utilizando la fuerza bruta. El fin no es salvar al mundo de la amenaza del fundamentalismo islámico, sino asegurar una posición fuerte para la economía de los Estados Unidos durante los últimos tiempos de la era del petróleo, garantizando una transición manejable hacia otras formas de energía y su consecuente impacto económico. A quien le interesen estas cuestiones le recomiendo complementar el paquete conspiranoico con el documental <em>Las grandes mentiras del cambio climático</em>, que nos muestra el tema como una jugada paralela al posicionamiento militar de los EUA en Oriente Medio para preparar el fin del petróleo: se crea el mito del cambio climático y se culpa del mismo a las emisiones de CO2, justamente el gas resultante de la combustión del petróleo. Ante un lema como: "es grave, pero aún estamos a tiempo", el pueblo, que interpreta cualquier fenómeno climático intenso como un síntoma de la destrucción del planeta, está perfectamente preparado y concienciado de que debe moderarse y reducirse el consumo de petróleo, que desaparecerá finalmente. <br /><br />Uno puede creer o no creer en estas teorías. Lo cierto es que por lo que yo sé, al menos uno de los documentales presenta información falsa y manipulada, aunque no -repito, por lo que yo sé- al respecto del 11-S. Sin embargo este debate queda -qué bien, empiezo a parecerme a Michael Ende en algo- fuera de las cuestiones que nos ocupan. Es irrelevante que las teorías conspiranoicas sean ciertas o no. Lo justo es, de hecho, suspender su credibilidad: su gran aportación resulta ser, precisamente, ésa: la suspensión de la credibilidad de discursos pretendidamente fieles a la verdad. Uno podría decir, eh, somos sujetos modernos, somos críticos, claro que no nos creemos lo que nos cuentan. Bueno, seamos críticos con nosotros mismos en primer término: ¿de verdad no nos creemos nada de lo que nos cuentan? Abramos el primer certamen Descartes de Incondicionalidad del Pensamiento Crítico. Como premio de honor tenemos al insigne Federico Nietzsche. ¿Quieres grabar tu nombre junto al suyo? Participa. Durante un día, sé crítico con todo, hasta las últimas consecuencias. Con todo. Esto funcionará mejor si no tienes que trabajar ni ir a clase ese día para evitar disputas problemáticas con tus jefes o tus profesores. "Qué chorrada, ya soy crítico, ¿me tomas por tonto?" Si has pensado esto, tal vez debería. Siempre se puede ser más crítico. Mucho más. No arregla nada el hecho de serlo, pero hagamos el sano ejercicio de ser conscientes de ello. Además, hay premio para el ganador: un paquete de pañuelos y una semana de baja por depresión. <br /><br />Así ataviado con piel de crítico, es momento ya de acudir al marxismo y las aportaciones de Focault. La base es algo que nos resulta familiar; unos pocos ostentan el poder a partir del abuso del trabajo de la mayoría. Este poder viene legitimado por un conjunto de discursos: durante la Edad Media, por poner un ejemplo claro, el discurso religioso legitimaba los abusos de la Iglesia en contubernio con el argumento político de que las almas nobles debían gobernar el rebaño de los pobres de espíritu. Esta maquinaria bien engrasada de discursos de control y control de la producción asegura la hegemonía de los puestos dominantes. Ahora bien, en la vida todo va siempre más allá de lo que puede ser humanamente controlado: siempre existen otros discursos, discursos críticos y disidentes, y todavía más, existe la aplicación material de tales discursos. Lo que sucede es que estos discursos no modifican la estructura de poder. En algunos casos pueden sustituirla, y pueden desplazar a los antiguos discursos de control por otros nuevos. Y estos nuevos discursos, antaño rebeldes y disidentes, tan pronto como ocupen la posición de poder, se convertirán en el modo de legitimar otra clase de abusos. Así es como sucedió en el progresivo tránsito del discurso religioso y monárquico medieval hacia el discurso burgués y capitalista, hacia los ideales de la ciencia y el progreso tecnológico antaño liberadores y que hoy nos someten al abuso. En otros casos, el discurso disidente, a medida que cobra prestigio entre las posiciones de poder, es absorbido por ellas y reformulado para ser integrado en el discurso dominante. Este podría ser el caso del ecologismo hippy, que hoy en día forma parte del arsenal de las clases dominantes para los bombardeos publicitarios y periodísticos a partir de palabras clave como "medio ambiente" y "cambio climático". Recuerdo una clase de filosofía en que la profesora dijo: todos los cambios y novedades en la tradición cultural vienen siempre, en todos los casos, auspiciadas en primer término por el contexto económico y político. Un ejemplo claro es que en tiempos de progreso económico la cultura crece; en tiempos de decadencia, lo primero que languidece es la cultura. Qué penoso, pensé yo, que ya entonces hacía años que quería dedicarme a esto de cultivar la cultura. <br /><br />Permitidme dudar de la existencia de la posmodernidad cultural, así como antes dudaba de que concluyera el 11-S, porque a mi juicio ya estaba muerta por entonces. Dudemos también de la propia modernidad. La Historia, la tradición, es en realidad un cuento para irse a dormir y mantener en su letargo teórico a las mentes poderosas, para éstas se afanen en extender un vistoso tapiz de alta cultura que cubre, como un guante, un puño de hierro. La única Historia es la material, la de las armas, la de los medios de producción, de la imprenta y de Internet. Ésa es la Historia que conoce una modernidad y un paréntesis posmoderno. Hoy se puede decir: Aristóteles era un formalista. Pero, los formalistas rusos no llegan hasta el siglo XX, unos dos mil cuatrocientos años después. La única diferencia entre Aristóteles y ellos es la etiqueta, que algún profesor calvo y loco colocó con vehemencia sobre una caja, y que reza "formalismo ruso". Y en otra caja hay escrito "filosofía griega, s. IV a.C." Eso es todo. <br />Las etiquetas son prácticas para organizar pero jamás para definir. Ése es el gran peligro del pensamiento académico. Su precisión y eficacia distributiva corren el riesgo de padecer credibilidad. No os las creáis. Sirven para buscar por épocas en las enciclopedias históricas. Para asociar a un pintor con Velásquez: "ah, mira, del barroco". A Kesey con Bolaño. "Ah, mira, posmodernos". Referencias. Relaciones. Nunca identidades. De hecho, la identidad misma es siempre ilusión. Es como mobiliario. Trata de tocar el mobiliario de tu casa. Podrás tocar el sofá, un armario, la mesita de noche de tu cuarto, pero siempre se escapa algo. Mobiliario es una palabra y nada más. No hay ningún mobiliario en la realidad material. Esto en realidad sucede con todas las palabras, además de yo y de mobiliario. Lo único que existe es un perpetuo discurso dialógico y polifónico que nunca cesa de fluir, y que arrastra a su paso cualquier etiqueta posible, cualquier posibilidad de disección y envase, porque todo lo que se marchita y muere en compartimentos cerrados tiene su continuidad en el torrente incontenible del Eterno Discurso, de la vida colectiva del espíritu humano. Sumerjámonos críticamente en esa corriente.<br />Las cajas cerradas que la Universidad vela contienen ideas muertas, y hay una caja etiquetada como "marxismo". Clasificadla donde queráis, utilizadla como queráis, explicadla como queráis. Marx sigue siendo actual y su discurso no ha desaparecido, se puede resucitar, desde una perspectiva crítica y personal. Sigue vivo fuera de esas cajas, como Platón o como Hegel. Sólo tienes que acudir a sus textos, comentarlos con tus colegas los leídos. La victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial ha conducido a unas formas de vida que requirieron unas legitimaciones teóricas y académicas, lo cual incluye ciertas interpretaciones de Nietzsche. ¿Qué Nietzsche habríamos leído en un triumfo del III Reich? ¿Debemos agradecer que nos lean al Nietzsche que nos leen ahora? ¿O escogeremos la infinitésima porción que nos corresponde genuinamente a nosotros mismos? Podemos incluso descartarlo y decir: "no vale nada". Eso sí, después de haberlo leído. Tal vez en unos años vuelva a ti y lo devores, justo cuando yo diga "no me interesa". <br /><br />Eso es lo que acaba de sucerderme con el marxismo, camaradas. Necesitamos intelectuales que no esperen a que los Estados Unidos dicten cuando concluye una etapa histórica. Necesitamos intelectuales que se anticipen a los movimientos de la clase dominante, que jueguen con ella al ajedrez, en lugar de pelearse entre ellos en combates de boxeo amañados. La clase dominante necesita legitimación. No se la regalen, no se prostituyan. Que se la gane. <br /><br /><br />P.D.: Como sé que por mi brevedad y ligereza habéis quedado sedientos de disertación os remito a este <a href="http://majaderia.blogspot.com/2007/04/el-fin-de-la-postmodernidad.html" target="_blank">enlace</a> con más reflexiones sobre el tema, muy interesantes.
Maverik-http://degermanideliramentis.blogspirit.com/about.htmlUna de bilingüismotag:degermanideliramentis.blogspirit.com,2008-01-30:14752402008-01-30T23:44:27+01:002008-01-30T23:35:00+01:00 1. Agafa el llibre que tinguis més a prop, vés a la seva pàgina 18 i...
<strong>1. Agafa el llibre que tinguis més a prop, vés a la seva pàgina 18 i escriu-ne la línia 4.</strong><br />desengaño ante la postura de Anaxágoras<br /><br /><strong>2. Si estires el braç dret, què arribes a tocar?</strong><br />Un calendario, unos guantes, un paquere te tarjetas de no sé cuanto por no sé cuanto, las llaves de la taquilla del curro, una carpeta con un cuento anotado para reescribir, los horarios del curro, un papelito con notas, un boli, un mechero naranja y verde muy cutre que me vendieron a falta de clippers, el cable del mp3, un libro de diálogos de Platón<br /><br /><strong>3. Què ha estat l’últim que has vist a la televisió?</strong><br />unos pasajes de Lost a los que no presté mucha atención por que no sigo la serie <br /><strong><br />4. Sense mirar, quina hora és?</strong><br />Hacia las 23h<br /><strong><br />5. Ara, quina hora és de veritat?</strong><br />Las 23.13h.<br /><strong><br />6. Deixant a un costat l’ordinador, què escoltes?</strong><br />A unos petaos que hay por la calle que no sé que dicen<br /><br /><strong>7. Quant de temps vas estar fora el dia que vas estar més temps al carrer?</strong><br />un día o dos, no creo que más<br /><br /><strong><br />8. Abans d’estar escrivint al blog, què estaves fent?</strong><br />Cenar<br /><strong><br />9. Què portes posat ara mateix?</strong><br />Zapatillas, calcetines, pantalón de deporte, boxers, una camiseta del inter y las gafas<br /><strong><br />10. Vas somniar ahir?</strong><br />no recuerdo<strong><br /><br />11. Quant de temps vas estar rient l’últim cop que vas riure?</strong><br />Poco, un par de risas y ya <br /><br /><strong>12. Què hi ha a les parets de l’habitació on estàs?</strong><br />postales, felicitaciones, fotos de escritores, carteles de parís, un cuadro con las rondas del mundial de Alemania (¿¿??!!¿?!), algunas tarjetas de visita, algunos papeles con notas, un tablón con tarjetas y papeles colgados<br /><strong><br />13. Has vist alguna cosa estranya últimament?</strong><br />Nah<br /><br /><strong>14. Quina és l'última pel•lícula que has vist?</strong><br />Rashomon, peliculón, no te lo pierdas, una obra maestra, es asombroso cómo se puede hacer tanto con tan poco (se nota que me ha llegado, eh)<br /><br /><strong>15. Si et fessis multimilionari de la nit al dia, què compraries?</strong><br />¿De cuántos millones estamos hablando?<br /><strong><br />16. Alguna cosa sobre tu.</strong><br />El techo<strong><br /><br />17. Si poguessis fer alguna cosa al món, independentment de la política, què faries?</strong><br />Escribir<br /><br /><strong>18. T’agrada ballar?</strong><br />Sí, pero no sé, ¿nos apuntamos a un curso?<br /><br /><strong>19. Què penses d’en George W. Bush?</strong><br />Tiene pinta de ser un poco tonto, pero no lo conozco, sólo sé que si te metes con él quedas guay allá donde vayas (bueno, supongo que en la Casa Blanca no, pero ya nos entendemos). Es como la versión contemporánea de Satanás.<br /><strong><br />20. Imagina que, per generació espontània, tens una nena. Quin nom li posaries?</strong><br />Ana, como mi madre<br /><br /><strong>21. I si, en lloc de tenir una nena, tens un nen?</strong><br />Héctor, porque me mola<br /><strong><br />22. T’agradaria viure a l’estranger?</strong><br />Sí, ¿por qué no?<br /><br /><strong>23. Què t’agradaria que et digués Déu quan arribis al cel?</strong><br />"Qué hay", y yo le diría, "mira, por aquí"<br /><br /><br />(Arrastrado de http://imaginagain.blogspot.com)