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25/03/06
Heart of Steel
Pues claro. "Born with a Heart of Steel", o "Heart of Steel" a secas -del cual surgieron algunos sucedáneos ocasionales, tales como "Legs of Steel", con motivo de la peregrinación a Santiago, o el actual "Neck of Steel"-. Son los sobrenombres para el messenger que he estado utilizando casi sin interrupción desde que empecé a usar el programa. Manowar, con su controvertido líder (y principal compositor, y letrista), ideólogo y productor Joey DeMaio ha sido una de mis refrencias clave durante mi adolescencia. Básicamente representa, como ellos mismos anunacian en algún reportaje promocional -Secrets of Steel-, el "espíritu guerrero en el heavy metal". No es Manowar el caso que nos ocupa ahora, así que eludiré muchas de las cosas que podrían decirse a propósito de esta banda y de mi apego incondicional a ella, y me ceñiré a esta descripción de lo que el grupo representa para lo que pretendo expresar en este texto. Todavía, después de horas y horas de escuchas jebis en mis oídos, desde Saxon hasta Opeth, pasando por los Judas, los Maiden, los Blind Guardian o Falconer y Adagio, necesito porner a todo volumen los viejos -y nuevos- clásicos de Manowar a todo volumen y sentir su fuerza invadiendo el hall en que me encuentre, invadiendo todas y cada una de las fibras de mi cuerpo, incluyendo eso, mi corazón, hasta llegarlo a henchir e inundar mi alma del espíritu guerrero por medio de su heavy metal puro y directo. De hecho, a veces pienso que en realidad soy más Manowarro que jebi, aunque la pasión por el heavy metal que este grupo inyecta en sus discos es tal que sus efectos han reverberado en mi vida hasta el punto de convertir aquellas partes de mi alma fogosas, ansiosas de libertad, rebeldía y salvajismo, en mi sangre de heavy, bombeada por ese corazón de acero que Manowar me ayudó a comprender que poseía. La metáfora es bastante clara, y queda todavía más clara amplificada en algunos versos de la canción que la lleva por título: too hard to break, to hard to hold. Nadie puede adueñarse de él; nadie puede romperlo. Y, por supuesto, bien heavy, de metal, del acero, aunque no por ello dejar de ser eso: un corazón. Algo que por desgracia escasea, y debe haber escaseado siempre, en las sociedades humanas.
Hablaba del heavy metal. Pero no es por eso que he puesto este título a este texto. El título me lo brinda Manowar, pero el tema no es el heavy metal, sino lo que el grupo expresa a través de este estilo: el espíritu guerrero.
¿Y qué es el espírituo guerrero?
Recurriré a un icono del frikismo todavía mayor para expresarlo: la película Conan El Bárbaro. No haré apología de ella ahora, exceptuando su magistral banda sonora. Y es precisamente justo antes de uno de los temas cumbre de esta BSO (Theology - Civilization), cuando aparece el diálogo del que me valgo para ejemplificar -mucho mejor que cualquier petulante exordio filosófico- que es lo que entiendo yo por espíritu guerrero. La escena viene justo después de echar un polvo "mágico" en una cabaña en medio del paisaje desolado cuando, al salir, Conan escucha la voz implorante de un prisionero -que se revela luego como uno de los personajes principales- encadenado a unas rocas, y se acerca a él.
PRISIONERO: ¡Comida! ¡comida...! hace días que no he comido...
CONAN: ¿Y quién dice que has de comer?
PRISIONERO: Dame comida para que tenga fuerzas cuando lleguen los lobos. No dejes que muera de hambre, sino en combate.

¿Queda bastante claro, no?
Otro ejemplo clavado me lo proporciona también, como no, Manowar, en una de las canciones de su último disco. El título ya lo deja bastante claro: Figh until we die. Y el verso en cuestión llega ensalzado perfectamente por el paso de los acordes suspendidos de guitarra al ritmo de corcheas, que darán pie al estribillo: Thor god of thunder, let me die with a sword in my hand. Tanto Conan como Manowar, no sólo comparten la estética del taparrabos y los musculitos, ni tampoco, sólo, como se ha visto, el concepto del espíritu guerrero. Hay una raíz común que es la que da pie a estas dos similitudes, y la expresa el verso que acabo de citar: la cultura vikinga. La cultura guerrera por antonomasia, al menos en Occidente.
Y a propósito de los vikingos y de Occidente, esto me conduce a que hay todavía más que decir sobre el espíritu guerrero. Y me conduce a Oriente, a las bellas y efectivas disciplinas de las artes marciales, a través de uno de los principales nexos entre Oriente y Occidente en el del s. XX -por lo menos en nuestra cultura-, quien es al mismo tiempo el combatiente más temible de esta centuria: Bruce Lee. Una consulta enciclopédica, encorsetada en nuestros conceptos, probablemente empezaría por decir, junto a sus fechas y lugares de nacimiento y muerte, "actor de cine", y quizá, también, "artista marcial", o algo parecido. Tal vez más adelante, si la obra consultada es buena y el artículo mínimamente extenso, podríamos leer también que se licenció en filosofía. ¡Coño! ¡Bruce Lee un filósofo! El caso me viene al pelo para derrumbar algunos prejucios occidentales y para rematar desde la ópitca oriental el tema que me ocupa.
A muchos les sonarán aquellas palabras en una entrevista en blanco y negro...: "if you put water in a cup it becomes the cup, etc. be like water my friend, be like water", con aquella expresión serena y enigmática, con el destello penetrante en sus ojos de tigre agazapado en la mansedumbre del filósofo. No es esta la mejor de sus perlas respecto a lo que pretendía decir con su analogía. "Se suave" escribió, "pero no dócil. Se firme, pero no duro". Con estas palabras, creo yo, se aprende mucho más sobre la ética y sobre la vida que leyendo libros enteros de algunos de los considerados "maestros" según la historia de la filosofía canónica. "El mundo está lleno de tíos perezosos que van diciendo cosas sobre la energía y demás, pero no hacen nada", dijo también, refiriéndose a muchos flipados del kung fu y las disciplinas orientales pero que en la práctica no demostraban haber seguido esa motivación. Lo mismo podría aplicarse a los filósofos. La historia -y el mundo actual- está llena de académicos y de cerebrines encerrados entre estanterías polvorientas repletas de libros que pese a todo su saber son incapaces de desenvolverse correctamente en la vida y mostrar su amor a quienes a aman, o comprender realmente cuál es el amor que llevan dentro y qué coño hacer con él, a pesar de que podrían llenar otras tantas estanterías con polvorientas páginas y páginas acerca de ética y moral, acerca de Aristóteles y la Biblia y la madre que los parió. Por eso me encanta el ejemplo de Bruce Lee como persona: conseguía lo que se proponía. Era precisamente un guerrero, un guerrero nato, con un don y unas aptitudes especiales para el combate. Y como tal, dejemos que sean sus palabras las que acaben de explicar en qué consiste encarnar el espírituo de un guerrero. Y, como decía antes, de paso, nos cargaremos algunos conceptos de nuestra cultura, a mi juicio, bastante erróneos. "Desecha lo malo, y quédate con lo bueno". Sí, esto también lo dijo Bruce Lee. Pero vayamos ya con el texto, que es el que introduce el libro acerca de su técnica del Jeet Kune Do.
"Tres espadachines se sentaron en una mesa en una atestada taberna japonesa y comenzaron a hacer ruidosos comentarios sobre su vecino, esperando llevarle a un duelo. El maestro parecía no percatarse de ellos, pero cuando sus alusiones se volvieron más rudas y acusadas, levantó sus palillos y, en un rápido gesto, atrapó sin esfuerzo cuatro moscas al vuelo. Cuando lentamente dejó los palillos, los tres espadachines rápidamente dejaron la estancia.
La historia ilustra una gran diferencia entre el pensamiento Oriental y el Occidental. El Occidental avanzado estaría intrigado por la habilidad de alguien para cazar moscas con palillos, y probablemente diría que no tiene nada que ver con lo bueno es que en combate. Pero el Oriental se daría cuenta de que un hombre que ha obtenido una maestría tan completa de un arte revela su presencia de mente en cada acción. El estado de totalidad e imperturbabilidad demostrada por el maestro indica su maestría de él mismo.

Y así es con las artes marciales. Para el Occidental los finger jabs, las patadas laterales, el puñetazo de revés, etc., son herramientas de destrucción y violencia, la cual es, sin duda, una de sus funciones. Pero el Oriental cree que la función primaria de tales herramientas es revelada cuando son auto-dirigidas y destruyen la codicia, el miedo, la rabia y la locura.
La habilidad manipuladora no es el objetivo del oriental. Está dirigiendo sus patadas y golpes a sí mismo y cuando tiene éxito, podría incluso suceder que se dejara fuera de combate a sí mismo. Tras años de entrenamiento, espera alcanzar esa soltura y equidad de todos los poderes, que es lo que los tres espadachines vieron en el maestro.
En la vida cotidiana la mente es capaz de moverse de un pensamiento u objeto a otro – "ser" la mente en vez de "tener" mente. No obstante, cuando estamos cara a cara con un oponente en un encuentro mortal, la mente tiende a bloquearse y pierde su movilidad. La blocabilidad o detención es un problema que frecuenta a todo artista marcial.
Kwan-in (Avalokitesvara), la diosa de la piedad, es a veces representada con mil brazos, cada uno portando un instrumento diferente. Si su mente se para con el uso, por ejemplo, de una lanza, todas las otras armas (999) no serán de ninguna utilidad. Es sólo si su mente no se detiene con el uso de un brazo, sino que se mueve de un instrumento a otro, que todos sus brazos serán útiles en su grado máximo de eficacia. A pesar de que la figura pretende demostrar que, cuando la verdad definitiva nos es revelada, incluso con mil brazos un cuerpo puede ser útil de una forma u otra.
"El no tener propósito", "vacuidad de mente" o "no arte" son términos frecuentes usados en el Oriente para denotar el logro definitivo del artista marcial. Según el zen, el espíritu es amorfo por naturaleza y ningún "objeto" puede albergarse en él. Cuando nada es albergado allí, la energía psíquica es dirigida hacia él, y cuando la energía psíquica pierde su equilibrio, su actividad natural se vuelve restringida y ya no fluye más con la corriente. Donde la energía es dirigida, hay demasiado de ella en una dirección y escasez de ella en la otra dirección. Donde hay demasiada energía, sobre-fluye y no puede ser controlada. En cualquiera de los casos, es incapaz de adaptarse a las siempre cambiantes situaciones. Pero cuando prevalece un estado de "no propósito" (lo cual es además un estado de fluidez o no mente), el espíritu no alberga nada en él, ni es dirigido en una dirección; trasciende tanto el sujeto como el objeto; responde con vacuidad de mente a lo que quiera que esté pasando.
La verdadera maestría trasciende cualquier arte particular. Parte de la maestría de uno mismo – la habilidad, desarrollada a través de la auto-disciplina, estar en calma, tranquilamente atento, y completamente en sintonía con uno mismo y lo que le rodea. Entonces, y solo entonces, una persona puede conocerse a sí mismo."
*aplausos*
No soy un artista marcial. Mis pinitos he hecho, sí, pero no he pasado de ahí. Me gustaría entrar un poco más a fonodo en alguna de esas disciplinas. Pero eso es otro asunto. Curiosamente, Lee era capaz de cazar moscas al vuelo usando los palillos de la comida. Sí, esperemos que no los usara luego para seguir con el arroz. Eso ya no lo sabemos. Espero que se me permita, entonces, considerarlo como un verdadero Maestro. No sólo un imbatible luchador de kung fu, llegando a trascender este arte marcial, ni un actor espectacular, ni un aficionado a la filosofia. Un verdadero Maestro de la vida, especialista en artes marciales, y como tal, sus palabras merecen ser escuchadas con suma atencón, especialmente teniendo en cuenta además sus conocimientos de filosofía, tanto Occidental como Orienteal. El final del fragmento copiado es oro puro. Lamento no conservar la fuente, lo saqué de internet, pero no recuerdo dónde.
La vida es una guerra, un combate continuo. Cada día hemos de enfrentarnos con algo. Con la dificultad de sobreponernos a las discrepancias con nuestros seres cercanos. Con que de pronto nos encontremos que nos han robado el coche, o la moto, o lo que sea. Con... en fin, podría seguir infinitamente con esta fórmula. Pero la reduciré a una sola cosa. Lo que queremos es estar bien. Y para ello, el enemigo no es la incomprensión, ni la falta de respeto, ni los hijos de puta de los ladrones. El enemigo es siempre, lisa y llanamente, uno mismo.
Y cada día, la vida nos proporciona una oportunidad para derrotarlo, y dejar que la Vida, en sí misma, fluya por nosotros. Entonces estamos preparados para enfrentarnos a cualquier cosa. O al menos a recorrer el camino que nos lleve a estar máximamente preparados para ello y conseguir, una detrás de otra, las metas que nos proponemos, sorteando los obstáculos que encontramos en nuestro recorrido, derrotando, una y otra vez, nuestros impulsos, nuestra pereza, nuestro bloqueo, nuestros límites...
"Mi límite es el cielo abierto" dijo Bruce Lee. "Cuando dices que algo es imposible, lo conviertes en imposible".
Y para acabar, dejamos al chino descansar en paz, porque si sigo por ahí voy a empezar a citar a Paulo Coelho también y ya no es plan.
Sencillamente, me gustan los desafíos. Me gusta enfrentarme a mí mismo y demostrar que he sido capaz de superarlos. No por el hecho de demostrarlo -que también-, sino por la lucha en sí misma. Eso me hace disfrutar, me hace sentir vivo, me hace sentir yo. Evitar el conflicto es peor que salir derrotado de él. Regresando a Conan, la cita que abre la película, de F. Nietzsche, es bien conocida, y bien cierta: "lo que no te mate te hará más fuerte". Cada día tenemos la oportunidad de ser más fuertes que el anterior... a no ser que eludamos la lucha.
Y ya es hora de cerrar el círculo, hasta otra ocasión.
Built a fire
A thousand miles away
To light my long way home
I ride a comet
My trail is long to stay
Silence is a heavy stone
I fight the world
And take all they can give
There are times my heart hangs low
Born to walk against the wind
Born to hear my name
No matter where I stand, I'm alone
Stand and fight, live by your heart

Always one more try
I'm not afraid to die
Stand and fight, say what you feel
Born with a Heart of Steel
Burn the bridge behind you
Leave no retreat
There's only one way home
Those who laugh and crowd the path
And cut each others throats
Will fall like melting snow
They'll watch us rise with fire in our eyes
They'll their heads, their hearts will hang low
We'll laugh, and they weill kneel, and know this Heart of Steel was
too hard to break; too hard to hold
Stand and fight, live by your heart
Always one more try
I'm not afraid to die
Stand and fight, say what you feel
Born with a Heart of Steel
Stand and fight, live by your heart
Always one more try
I'm not afraid to die
Stand and fight, say what you feel
Born with a Heart of Steel
Born with a Heart of Steel...
Joey DeMaio (Manowar), del álbum Kings of Metal, 1.986
23:45 Anotado en * Anima * | Permalink | Comentarios (0)